Amanece de nuevo, vuelve la energía y se reactivan los sistemas; Kaelis tiene nueve horas antes de que vuelva la noche, y es hora de seguir reparando los destrozos de la última lluvia de meteoritos antes de la visita de la comisión para la Agrupación Interplanetaria de Territorios.
Kaelis está emocionadísima; la federación abrirá nuevas puertas al intercambio cultural y de alimentos con otras sociedades, Ceres poca variedad podrá aportar, siendo tan pequeño a nivel de recursos, y es una gran responsabilidad ser parte de ella. Aunque, vivir en un lugar tan pequeño tiene pocas reparaciones y da para estudiar y reflexionar sobre cómo la idea podía llegar a aquellos territorios que seguían sufriendo las calamidades del egoísmo capitalista.
De repente tocan la puerta, se aproxima a abrir y cuál es su sorpresa cuando descubre que es su compañera, su amada Lyra. Acompañada con sus compas del Consejo y de la Agrupación, le traen la respuesta en persona… De repente le viene a la mente todo el tránsito, no solo el personal con su identidad de género. Esa es otra historia, sino el cómo tuvo que argumentar y debatir en su momento junto a sus compas del Consejo Neutral de Tierras de este pequeño planetoide para que pudiese adherirse a la Agrupación Interplanetaria de Territorios. Recuerda cómo debatieron la idea, cómo presentaron las normas de convivencia y de necesidades que se habían marcado y que defendieron con pasión para la adhesión de Ceres. Le latía el corazón que se le salía del pecho como aquella vez en la que conoció a Lyra.
De repente vuelve en sí, pasaron años por su cabeza en una fracción de segundo. Besa a su amante y les da un apapacho sincero de diez segundos a sus compas.
Ceres sería parte de la Agrupación.
*Leudh-